Trastorno de Estrés Postraumático(TEPT)
¿Qué es el TEPT?
Vivir una experiencia traumática indudablemente deja una huella emocional que no siempre desaparece con el tiempo. Consideramos experiencias traumáticas a los accidentes, las agresiones, los abusos, las pérdidas traumáticas o las catástrofes, entre otros.
El trastorno de estrés postraumático es una condición psicológica que puede aparecer después de haber vivido, presenciado o conocido un evento traumático y se caracteriza por existir un malestar muy elevado y una sensación continua de amenaza.
Aunque coloquialmente se utiliza la palabra trauma para designar situaciones desagradables, debemos ser cautos con la definición y debemos saber que existe un diagnóstico previo al TEPT.
Si los síntomas aparecen en las primeras semanas tras el evento, estaríamos hablando de Trastorno de Estrés Agudo. En muchas ocasiones, los síntomas desaparecen progresivamente, pero en otros, se mantienen, intensifican e incluso cronifican. Si esto ocurre, estaríamos ante un caso de trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Los principales síntomas son:
Los principales síntomas tanto del Trastorno de Estrés Agudo como del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) sn los siguientes:
Reexperimentación:
Recuerdos intrusivos, flashbacks, pesadillas… Malestar intenso ante estímulos que recuerdan al trauma.
Evitación:
Evitar lugares, personas, conversaciones, o actividades que recuerden a lo sucedido. También incluimos evitar pensar o bloquear emociones asociadas al trauma.
Alteraciones cognitivas y emocionales:
Sentimientos de culpa y vergüenza, pensamientos negativos persistentes sobre los demás, uno mismo o el mundo (por ejemplo: “no puedo confiar en nadie”, “estoy dañado para siempre”, “doy asco”).
Pérdida de interés en actividades que antes resultaban satisfactorias o eran importantes, así como dificultad para sentir emociones positivas.
Hiperactivación fisiológica:
Sobresaltos fáciles, hipervigilancia, irritabilidad o explosiones de ira, dificultad en la concentración o a la hora de conciliar el sueño…
Las causas:
Tanto el TEA (trastorno de estrés agudo) como el TEPT (trastorno de estrés postraumático) comparten causas y factores de riesgo ya que ambos son reacciones psicológicas a un evento traumático.
En primer lugar, debe existir la exposición a un evento traumático que implique una amenaza real o percibida de muerte, daño grave o violencia sexual, y esta puede ser directa (sufrir el trauma en primera persona), indirecta (presenciarlo o recibir noticias de que una persona cercana lo ha sufrido) o una exposición repetida a detalles traumáticas. Es decir, no hace falta sufrir un trauma en primera persona para desarrollar estos síntomas.
Por otra parte, existen factores de riesgo biológicos como por ejemplo tener familiares que hayan sufrido trastornos de ansiedad o depresión, tener hiperactividad en la amígdala o alteraciones en circuitos de regulación emocional o desregulación en algunos neurotransmisores como la serotonina, noradrenalina y cortisol.
Dentro de los factores de riesgo psicológicos encontramos haber desarrollado trastornos ansiosos o depresivos en el pasado, tener estrategia de afrontamiento evitativas, baja tolerancia a la incertidumbre o baja capacidad de regulación emocional y tendencia a interpretar el mundo como peligroso.
Los factores sociales son especialmente relevantes ya que la falta de apoyo social después del trauma, o encontrarse en entornos invalidantes (invalidación del sufrimiento o minimización de lo ocurrido) contribuyen al desarrollo y/o empeoramiento de los síntomas. Por supuesto, la repetición o acumulación de traumas es un factor de riesgo importante (por ejemplo, personas expuestas a violencia continuada o a abusos en la infancia)
El diagnóstico
- Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza.
- Presencia de síntomas intrusivos asociados al suceso traumático.
- Evitación persistente de estímulos asociados al suceso traumático.
- Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso traumático que comienzan o empeoran después del suceso traumático.
- Alteración importante de la alerta y reactividad asociada al suceso traumático que comienza o empeora después del suceso traumático.
- La duración de los síntomas es superior a un mes.
- La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
- La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o a otra afección médica.
Es importante señalar que no siempre estos síntomas aparecen inmediatamente después del suceso traumático, algunos pueden ocurrir tiempo más tarde.
El diagnóstico siempre deberá ser realizado por un profesional de la salud mental.
El tratamiento
- Terapia Cognitivo-Conductual focalizada en el trauma: con técnicas de exposición y reestructuración cognitiva.
- EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares): con sólida evidencia científica en el tratamiento del trauma.
- Terapias de tercera generación como ACT o mindfulness, que ayudan a disminuir la evitación y regular la ansiedad.
Un miedo muy frecuente de quienes se plantean iniciar terapia es la sensación de que “abrir” lo ocurrido será como destapar la caja de Pandora y quedarse peor. Es importante aclarar que el trabajo terapéutico se realiza siempre respetando el ritmo de la persona y su capacidad de tolerancia emocional. El objetivo no es revivir el trauma de golpe, sino procesarlo de manera segura y progresiva, evitando la desregulación.
En algunos casos, puede recomendarse apoyo farmacológico, siempre bajo supervisión psiquiátrica.
El tratamiento de primera elección para el TEPT es la psicoterapia. Dentro de la psicoterapia encontramos:
- La terapia cognitivo conductual centrada en el trauma, donde se incluyen técnicas de exposición, reestructuración cognitiva y regulación emocional; y el
- EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares). Facilita el procesamiento de recuerdos traumáticos y existe una menor necesidad de exposición verbal. Es decir, en EMDR el recuerdo se activa sin necesidad de describirlo exhaustivamente, lo que puede facilitar la adherencia en pacientes que evitan hablar de lo sucedido.
La combinación de terapia farmacológica también está recomendada, aunque se recomienda ofrecer psicoterapia sola si es posible y reservar la combinación para casos graves.
Cuestionario orientativo de autoevaluación
- ¿Has vivido o presenciado un suceso que implicara peligro grave, muerte o violencia?
- ¿Tienes recuerdos intrusivos, pesadillas o imágenes recurrentes sobre lo ocurrido?
- ¿Evitas lugares, personas o actividades que te lo recuerdan?
- ¿Te sientes en estado de alerta constante o te sobresaltas con facilidad?
- ¿Han pasado varias semanas o meses y estos síntomas siguen presentes, interfiriendo en tu vida diaria?
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